CRITICA DE CANINO (DRAGONDAVE)
Imaginaros un lugar donde los adultos siguieran comportándose como niños, donde todo estuviera rodeado de una burbuja invisible que detuviera a los habitantes de su interior en el tiempo y espacio, en un mundo solamente para ellos, alejado de codicias, marcas, tristezas o perversiones diversas. Pero a su vez, con nula libertad, con unas normas rígidas y una educación adulterada para manipular a su antojo.
Se abre así ante el espectador una especie de fábula grotesca, tan caricaturesca como espeluznante si se reflexiona posteriormente. Se la ha catalogado rápidamente de comedia negra, pues ver a adultos sobrepasando la treintena comportarse como niños siempre es cómico, pero yo veo más un drama psicológico, todo es cuestión de percepciones.
En cualquier caso, lo indudable es que estamos ante una película atípica, transgresora y que no deja indiferente. Difícil de recomendar pero que si se entra en su juego, se puede degustar el amargo plato que ofrece. Tiene muchos matices, lo que le hace ganar enteros, ya que cada espectador le dará su propia explicación a los hechos ocurridos, no hay una narración férrea que justifique los mismos.
Si conectas con la propuesta, mientras pasan unos austeros títulos de crédito finales, disfrutarás reflexionando y repasando activamente en tu cabeza todos los detalles, mientras sigues mirando fijamente atónito y sin habla la pantalla.