05 PM | 10 Dic

Democracia

democracia

No pude participar en las elecciones a la Secretaría General de los socialistas gurriatos, ya que me esperaba una función de teatro a la que tenía muchas ganas de asistir; me estoy refiriendo al texto de Michel Frayn basado en hechos reales ocurridos en los años 60 y 70 en la República Federal Alemana, y que describe con mucha precisión el auge y caída de Willy Brandt y del funcionario Gunter Guillaume, convertido en poco tiempo en asesor personal y que más tarde fue descubierto como espía. La compañía era la misma que nos sorprendió en el montaje sobre la historia de Rusia “La costa de la utopía”, dirigida por Alexei Borodin. Mi amigo Cosme me recuerda con mucha frecuencia las excelente 10 horas que pasamos en ese montaje.
A los más jóvenes hay que recordarles que Willy Brandt fue proclamado canciller de la República Federal Alemana en 1969. Era el primer socialdemócrata que ocupaba ese cargo después de la Segunda Guerra Mundial, y uno de los sueños de éste político, muy querido en España, era la “Ostpolitik”, la reconciliación del Este y el Oeste. En 1974 tuvo que dimitir porque su asistente personal, Günter Gillaume, resultó ser un espía del otro lado del telón de acero. En el descanso me encontré con una paisana (¡qué casualidad!) que se dedicó en su día a la política municipal. Hablamos del sentimiento que produce la traición de las personas en las que más confías, de los sentimientos que podía tener Guillaume hacia Brandt y, en fin, de que la política se sigue moviendo por intereses que descubiertos y puestos al desnudo en el teatro nos causan necesariamente desafección.
El sábado por la mañana, el profesor Félix Recio terminaba el ciclo “Marx Hoy” que ha organizado el Colectivo Rousseau, hablando de Foucault, con un análisis de la “Parresía”, sobre el hablar con sinceridad, con el decir verídico, con la libertad de palabra, con la verdad del discurso y de la vida, con la necesidad de luchar contra los autoengaños. La democracia exige “Parresia”, hablar claro en la asamblea y frente al poderoso. Me han parado por la calle y me han cuestionado la utilidad de esas conferencias; la respuesta es bien sencilla: las conferencias, al igual que muchas de las actividades que estamos realizando, incluido el curso sobre Nietzsche, tienen por objeto, ni más ni menos, que decir verdad a todo el mundo a través de las interpretaciones críticas. ¿Dicen la verdad nuestros políticos locales? ¿Se dijeron las verdades en la asamblea socialista?

Félix Alonso

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